domingo, 29 de enero de 2017

CUENTO DE TERROR. "El tren negro"



En el límite entre la provincia de Tungurahua y Cotopaxi, cerca de Salcedo, existe una laguna llamada Yambo.  Por sus aguas verdosas, no permite mirar más de un metro de profundidad, por lo que se dice que no tiene fondo, también se cree que la laguna está encantada, allí se hundió un tren del cual nunca se halló rastro alguno ni de los pasajeros tampoco.   

Cuentan los moradores del sector que por la vía férrea que bordea peligrosamente las peñas de la laguna, corría un tren viejo, tan viejo y herrumbrado que parecía ser de color oscuro.  La gente lo llamaba el tren negro. 

Un Viernes Santo mientras hacía el recorrido de la tarde desde Quito hacia Riobamba, la locomotora tuvo que detenerse a la mitad del trayecto.  Había llovido en la provincia de Cotopaxi y un gran derrumbe tapaba la vía.  Los ferroviarios trabajaron el día entero para despejarla y solo cuando oscureció, los pasajeros se pudieron acomodar en los vagones y reiniciar la marcha. 

El tren negro pitó al pasar por Salcedo antes de las once de la noche; pero al llegar al sector del Yambo, donde los aguaceros habían arrastrado gran cantidad de lodo hacia los rieles, ocurrió el descarrilamiento con un rugido estruendoso.  Los pasajeros, que dormían fatigados, despertaron al sentir que la máquina se precipitaba al vacío.  Algunos alcanzaron a implorar a Dios por la salvación de sus almas.  Otros pidieron perdón por ofender a Cristo con su viaje en día santo. 

El tren dejó escuchar su estrepitoso silbato en medio de la noche, como un monstruo agonizante cayó y se hundió en las aguas de la laguna sin fondo.

Debido a que nunca se encontró rastro alguno, se cree que los ocupantes perecieron y se volvieron parte de la leyenda, que dice: "cada Viernes Santo, a las doce de la noche si uno pasa por la carretera hacia Ambato se escucha el espantoso silbato del tren negro, acompañado por los gritos de las almas condenadas que penan en el fondo de las aguas." 

 Tomado del libro "Cuentos ecuatorianos de aparecidos", de Mario Conde. 



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